Es una infección de los pulmones y muchos organismos diferentes la pueden causar, incluyendo bacterias, virus y hongos.
La neumonía puede ir desde leve a severa, e incluso puede ser mortal. La gravedad depende del tipo de organismo causante de la enfermedad, al igual que de la edad y del estado de salud subyacente.
La neumonía es una enfermedad común que afecta a millones de personas cada año en los Estados Unidos.
Las neumonías bacterianas tienden a ser las más graves y, en los adultos, son la causa más común de neumonía. La bacteria más común que causa neumonía en adultos es la Streptococcus pneumoniae (neumococo).
Los virus respiratorios son las causas más comunes de neumonía en los niños pequeños, alcanzando su pico máximo entre las edades de 2 y 3 años. En la edad escolar, la bacteria mycoplasma pneumoniae se vuelve más común.
En algunas personas, particularmente los ancianos y las personas debilitadas, la neumonía bacteriana puede seguir a la influenza o incluso al resfriado comun.
Las personas que tienen problemas para deglutir están en riesgo de sufrir neumonía por aspiración. En esta afección, los alimentos, los líquidos o la saliva ingresan accidentalmente en las vías respiratorias. Es más común en personas que hayan tenido un accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson o cirugía previa de garganta.
Con frecuencia, es más difícil tratar la neumonía en personas hospitalizadas o internadas en un asilo.
* Tos con mucosidad amarillenta o verdosa; ocasionalmente se presenta esputo con sangre
* Fiebre con escalofríos y temblor
* Dolor en el pecho agudo o punzante que empeora con la respiración profunda o la tos
* Respiración rápida y superficial
* Dificultad para respirar
* Dolor de cabeza
* Sudoración excesiva y piel pegajosa
* Inapetencia
* Fatiga excesiva
* Confusión, especialmente en las personas de edad
MEDIOS DE DIAGNOSTICO
* Tinción de Gram y cultivo de esputo para buscar el organismo causante de los síntomas
* CSC para verificar el conteo de glóbulos blancos que, de ser alto, sugiere la presencia de una infección bacteriana
* Gasometría arterial para verificar qué tan bien se está oxigenando la sangre
* TAC del tórax
* Cultivo de líquido pleural si hay presencia de líquido en el espacio que rodea los pulmones.
TRATAMIENTO
Si la causa es bacteriana con antibióticos.
Si la causa es viral, los antibióticos clásicos no serán efectivos, sin embargo, algunas veces, el médico puede utilizar medicamentos antivirales. Puede ser difícil distinguir entre neumonía bacteriana y viral, de tal manera que la persona puede recibir antibióticos.
Los pacientes con neumonía leve que por otra parte estén sanos generalmente se tratan con antibióticos macrólidos orales (azitromicina, claritromicina o eritromicina).
A los pacientes con otras enfermedades graves, como cardiopatía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, nefropatía o diabetes, generalmente se les suministra lo siguiente:
- Fluoroquinolona (levofloxacina (Levaquin), esparfloxacina (Zagam) o gemifloxacina (Factive), moxifloxacina (Avelox).
- Amoxicilina o amoxicilina-clavulanato en dosis altas más un antibiótico macrólido (azitromicina, claritromicina o eritromicina).
Muchas personas pueden recibir tratamiento en el hogar con antibióticos orales. Si la persona padece una enfermedad crónica subyacente, tiene síntomas severos o bajos niveles de oxígeno, probablemente requerirá hospitalización para suministrarle antibióticos intravenosos y terapia con oxígeno. Los bebés y los ancianos son las personas que con más frecuencia ingresan a los hospitales para el tratamiento de neumonía.
Las medidas que se pueden tomar en el hogar son, entre otras:
- Consumir mucho líquido para ayudar a aflojar las secreciones y sacar la flema.
- Descansar mucho. Solicitarle a alguien más que realice el trabajo del hogar.
- Controlar la fiebre con aspirina o acetaminofeno (paracetamol), pero NO administrar aspirina a los niños
En el hospital, es posible que sean necesarios los tratamientos respiratorios para eliminar secreciones. Ocasionalmente, se pueden utilizar medicamentos esteroides para reducir las sibilancias si hay una enfermedad pulmonar subyacente.
COMPLICACIONES
Los empiemas o abscesos pulmonares son complicaciones de la neumonía poco frecuentes, pero graves y ocurren cuando se forman cavidades de pus alrededor o dentro del pulmón, y algunas veces pueden requerir drenaje quirúrgico.
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